martes, 26 de enero de 2010

Mercadotecnia de Compromiso

En esta primera oportunidad del presente año, deseo compartir extractos de una columna de José Martí y Pablo Muñoz publicada en marketingdirecto.com sobre el Engagement Marketing.

Según muchos analistas, la mercadotecnia ha cambiado más en estos últimos diez años que en los cincuenta anteriores. En la actualidad, las marcas aspiran a ser mucho más que la identidad del producto. El verdadero reto está en convertir a la marca en proveedora de experiencias para sus consumidores, más allá del bien físico o servicio que represente.

La mercadotecnia debe ser enfocada como una conversación, una comunicación interactiva que haga posible nuevos escenarios de experiencias. Y el mejor modo de fomentar ese diálogo entre la marca y su público es mediante la creación de contenidos de entretenimiento en los que la marca pase a ser parte indispensable de los mismos, enriqueciéndolos y no interrumpiéndolos como hasta ahora.

Los consumidores han cambiado, son más complejos, menos obedientes, tienen un mayor control y, cada vez más, demandan mayor compromiso de las marcas. Bajo el término Engagement Marketing, se están agrupando todas las iniciativas encaminadas a lograr una mayor interrelación entre la marca y su público.

Así, mediante el brand entertainment, el branded content, el advertainment, los advergames, el buzz marketing, el street marketing, el ambient marketing, etc. lo que se busca es ofrecer mayor experiencia de marca, que consiga, finalmente, implicar al consumidor en el mensaje y la filosofía de la marca.

La mercadotecnia de compromiso trata de establecer una relación con el consumidor como nunca antes se había conseguido en la mercadotecnia dirigida a las masas. Y en el fondo subyace una nueva filosofía de mercadotecnia que escucha al consumidor por encima de todo, centrada en las necesidades, anhelos y deseos del consumidor.

Unas necesidades y expectativas que están enraizadas profundamente en sus convicciones éticas y morales, en su estilo de vida y que tienen su base en cómo experimentan y entienden la vida y en cómo se relacionan con el mundo (y las marcas) que les rodean.

Desde luego, no va a ser fácil establecer los parámetros que midan el grado de implicación del consumidor con la marca a través de la experiencia que ésta le propone, pero no es menos cierto que, de conseguirlo, se obtendrá una importantísima herramienta de cara a establecer las bases de la mercadotecnia del futuro.